Las cámaras termográficas se han convertido, desde su aparición en la década de los sesenta, en  la actualidad en sistemas compactos con el aspecto de una cámara de video o de fotos digital. Son relativamente fáciles de usar y producen imágenes  en tiempo real.

El sector de la construcción fue uno de los primeros en aprovechar la información que proporciona una termografía puede

Una cámara termográfica registra en realidad la intensidad de la radiación en la zona infrarroja del espectro electromagnético y la convierte en una imagen visible

La inspección de edificios con cámaras termográficas es un medio potente y no invasivo de supervisión y diagnostico del estado de los edificios.

Con una cámara termográfica, se puede identificar problemas anticipadamente, de forma que se pueden documentar y corregir antes de que se agraven y resulte más cara su reparación.

 

Una inspección diagnostica de edificios con una cámara termográfica puede ayudar a:

 

• Visualizar las pérdidas de energía

• Detectar una falta de aislamiento o un aislamiento defectuoso

• Localizar fugas de aire

• Encontrar humedad en el aislamiento, en los tejados y muros, tanto en la estructura interior como en la exterior

• Detectar moho y áreas mal aisladas

• Localizar puentes térmicos

• Localizar filtraciones de agua en tejados planos

• Detectar roturas en tuberías de agua caliente

• Detectar fallos de construcción

• Supervisar el secado de edificios

• Encontrar averías en el tendido eléctrico y en la calefacción central

• Detectar fallos eléctricos

• Detectar ataques de xilófagos

 

Una termografía que incluye datos de temperatura precisos proporciona por tanto a los técnicos expertos de la construcción información importante sobre condiciones de aislamiento, entradas de humedad, desarrollo del moho, fallos eléctricos, la presencia de puentes térmicos y las condiciones de los sistemas de climatización.